Para Filmus, la baja cantidad de egresados es un obstáculo para el crecimiento
La falta de técnicos e ingenieros es un reclamo permanente que a estas alturas suena ya a urgencia. La industria textil y la petrolera fueron las primeras ramas que, al amparo de la reactivación económica, hicieron sonar la alarma de la escasez de profesionales capacitados para hacerle frente a una demanda creciente.
Y el cuello de botella que se advierte cada vez con mayor insistencia está relacionado ahora con el reclamo, sobre todo hacia las universidades, de contar con una cantidad de graduados en informática muy superior de la que forman las instituciones de educación superior del país.
En este sentido, el Ministerio de Educación nacional y la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi) firmaron este mes un acuerdo de cooperación que, entre sus objetivos, apunta a la promoción y apoyo a la formación de técnicos informáticos.
“Es necesario fortalecer las carreras vinculadas a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación”, destacó en la firma del convenio el titular de la cartera educativa, Daniel Filmus, para quien estas medidas “tienen que ver con cambiar el modelo de país, con orientarnos hacia un nuevo tipo de desarrollo, sustentado en el trabajo calificado”. Y afirmó que la baja cantidad de profesionales en esta disciplina “representa un cuello de botella y un obstáculo en el camino hacia ese nuevo modelo de crecimiento”.
Según el anuario estadístico de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, egresan de las universidades públicas en esta rama cerca de 2.500 personas al año. Sin embargo, y de acuerdo a un estudio de la Cessi, para diciembre pasado las empresas del sector necesitaban más del triple ingenieros, licenciados y técnicos para cubrir puestos vacantes.
“Esta realidad era previsible hace diez años, porque no responde sólo a una necesidad local, sino a un fenómeno mundial”, apunta Raúl Kantor, director de la licenciatura en ciencias de la computación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). De todas maneras, para el responsable de la carrera de la UNR, que este año ya tiene inscriptos cerca de 130 ingresantes, “la universidad debe realizar una tarea estratégica para formar cuadros capacitados”.
“En su momento, la respuesta que se promovía para atender a esa demanda era más bien táctica, a la que nos enfrentamos, que pretendía que la universidad formara rápidamente programadores”, comenta Kantor, y agrega que ante ello, surgió la necesidad de trabajar desde ciencias de la computación en las esencias de la disciplina, para no correr permanentemente detrás de los últimos programas, sino para formar un graduado capaz de adaptarse fácilmente a cualquier tecnología.
Alumnos demandados
Otra realidad que señala el responsable de la carrera universitaria es la realidad por la que atraviesan la mayoría de los estudiantes de los últimos años de la informática, ya que debido a la necesidad del mercado, logran insertarse laboralmente antes de recibirse, incluso con sueldos muy rentables.
Esta situación es percibida también por Hernán Vitri, director de la carrera de ingeniería en sistemas de la Facultad Regional Rosario de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). “Un alto porcentaje de los alumnos, sobre todo desde tercer año, ya trabajan, porque la demanda que recibimos es importante”, remarca Vitri.
Si bien aún tienen tiempo hasta fines de abril para cumplimentar la totalidad de los requisitos, este año la UTN local tendrá en esta carrera más de 300 ingresantes. Con respecto a la demanda laboral, desde la Tecnológica informan que el año pasado tuvieron 327 búsquedas laborales (empresas que piden graduados o estudiantes avanzados), la mitad de las cuales correspondieron al área de sistemas. Si bien esta carrera está lejos, en cuanto a la cantidad de ingresantes, de las cifras que mostraba una década atrás, Vitri destaca que “los analistas e ingenieros de esta facultad son sumamente solicitados, incluso por empresas de otras ciudades”.
Pero si de deficiencias en la formación técnica se trata, para ambos responsables universitarios, los vaivenes que vivió la escuela media durante los 90 también merecen revisarse. “Con lo que pasó con el polimodal y los trayectos técnicos profesionales, quedaron pocos tipos de técnicos, y se cambió toda una modalidad de enseñar que generó un costo que va a durar por muchos años”, afirma Vitri sobre el impacto de la reforma educativa en la formación técnica.
La falta de técnicos e ingenieros es un reclamo permanente que a estas alturas suena ya a urgencia. La industria textil y la petrolera fueron las primeras ramas que, al amparo de la reactivación económica, hicieron sonar la alarma de la escasez de profesionales capacitados para hacerle frente a una demanda creciente.
Y el cuello de botella que se advierte cada vez con mayor insistencia está relacionado ahora con el reclamo, sobre todo hacia las universidades, de contar con una cantidad de graduados en informática muy superior de la que forman las instituciones de educación superior del país.
En este sentido, el Ministerio de Educación nacional y la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi) firmaron este mes un acuerdo de cooperación que, entre sus objetivos, apunta a la promoción y apoyo a la formación de técnicos informáticos.
“Es necesario fortalecer las carreras vinculadas a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación”, destacó en la firma del convenio el titular de la cartera educativa, Daniel Filmus, para quien estas medidas “tienen que ver con cambiar el modelo de país, con orientarnos hacia un nuevo tipo de desarrollo, sustentado en el trabajo calificado”. Y afirmó que la baja cantidad de profesionales en esta disciplina “representa un cuello de botella y un obstáculo en el camino hacia ese nuevo modelo de crecimiento”.
Según el anuario estadístico de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, egresan de las universidades públicas en esta rama cerca de 2.500 personas al año. Sin embargo, y de acuerdo a un estudio de la Cessi, para diciembre pasado las empresas del sector necesitaban más del triple ingenieros, licenciados y técnicos para cubrir puestos vacantes.
“Esta realidad era previsible hace diez años, porque no responde sólo a una necesidad local, sino a un fenómeno mundial”, apunta Raúl Kantor, director de la licenciatura en ciencias de la computación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). De todas maneras, para el responsable de la carrera de la UNR, que este año ya tiene inscriptos cerca de 130 ingresantes, “la universidad debe realizar una tarea estratégica para formar cuadros capacitados”.
“En su momento, la respuesta que se promovía para atender a esa demanda era más bien táctica, a la que nos enfrentamos, que pretendía que la universidad formara rápidamente programadores”, comenta Kantor, y agrega que ante ello, surgió la necesidad de trabajar desde ciencias de la computación en las esencias de la disciplina, para no correr permanentemente detrás de los últimos programas, sino para formar un graduado capaz de adaptarse fácilmente a cualquier tecnología.
Alumnos demandados
Otra realidad que señala el responsable de la carrera universitaria es la realidad por la que atraviesan la mayoría de los estudiantes de los últimos años de la informática, ya que debido a la necesidad del mercado, logran insertarse laboralmente antes de recibirse, incluso con sueldos muy rentables.
Esta situación es percibida también por Hernán Vitri, director de la carrera de ingeniería en sistemas de la Facultad Regional Rosario de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). “Un alto porcentaje de los alumnos, sobre todo desde tercer año, ya trabajan, porque la demanda que recibimos es importante”, remarca Vitri.
Si bien aún tienen tiempo hasta fines de abril para cumplimentar la totalidad de los requisitos, este año la UTN local tendrá en esta carrera más de 300 ingresantes. Con respecto a la demanda laboral, desde la Tecnológica informan que el año pasado tuvieron 327 búsquedas laborales (empresas que piden graduados o estudiantes avanzados), la mitad de las cuales correspondieron al área de sistemas. Si bien esta carrera está lejos, en cuanto a la cantidad de ingresantes, de las cifras que mostraba una década atrás, Vitri destaca que “los analistas e ingenieros de esta facultad son sumamente solicitados, incluso por empresas de otras ciudades”.
Pero si de deficiencias en la formación técnica se trata, para ambos responsables universitarios, los vaivenes que vivió la escuela media durante los 90 también merecen revisarse. “Con lo que pasó con el polimodal y los trayectos técnicos profesionales, quedaron pocos tipos de técnicos, y se cambió toda una modalidad de enseñar que generó un costo que va a durar por muchos años”, afirma Vitri sobre el impacto de la reforma educativa en la formación técnica.
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