jueves, 2 de agosto de 2007

UN PROYECTO NACIONAL, POPULAR Y DEMOCRÁTICO PARA LA UNIVERSIDAD Y EL PAÍS

El lunes 6 de Agosto está convocada una nueva Asamblea Universitaria para reformar el Estatuto de la UBA. Este debería ser el momento que coronara un proceso previo de debate profundo y abierto, de carácter plural y participativo, entre la comunidad universitaria y la sociedad en su conjunto en pos de poner a nuestra Universidad a la altura que los desafíos del siglo XXI nos plantea.

Lamentablemente, la ausencia de ese proceso de debate, la falta de vocación por hacer partícipes del mismo a las organizaciones de la sociedad civil, y la intención manifiesta de sectores del gobierno de la UBA que responden al shuberoffismo residual de vaciar y obstaculizar dicho proceso, están haciendo peligrar la posibilidad misma de encarar la reforma del Estatuto.

Por otra parte los posicionamientos sectarios de aquellos que se creen los únicos garantes de las transformaciones no han hecho más que ser funcionales al aislamiento y alejamiento de los estudiantes, docentes, graduados y no docentes.


Contexto en el que se inscribe el necesario proceso de reforma

Mucho se ha escrito y expuesto sobre la "crisis de la UBA" y no pretendemos aquí hacer un diagnóstico pormenorizado de sus falencias y limitaciones, sino en todo caso señalar los que entendemos son los ejes centrales por donde debería centrarse el debate.
Atravesamos un momento histórico en nuestro país y en nuestra Latinoamérica, en donde de a poco vamos recuperando nuestra dignidad como Nación echando abajo aquellas viejas políticas de entrega de los 90’s. Políticas dictadas desde afuera y llevadas a cabo desde adentro, se implementaron en detrimento de la Patria y del Pueblo, con la clara intención de favorecer la concentración de la riqueza en manos de los Grupos Económicos.

Estas mismas políticas neoliberales tuvieron su correlato en el marco educativo, expresándose en la Ley Federal de Educación y en la Ley de Educación Superior, dando por resultado una institución permeada hasta sus cimientos por una lógica privatista, que el modelo neoliberal fomentaba. De esta forma, el carácter Público y Gratuito de nuestra educación se convertía en una mera formalidad.

Adaptación de los planes de estudio a los intereses del sector privado, crisis edilicia, búsqueda de autofinanciamiento con reducciones de presupuesto, aumento sostenido de la matrícula y la designación bajo formas ad honorem, y de las más variadas, de docentes para dar una respuesta siempre insuficiente, son algunas de las consecuencias.

La crisis de la UBA, como parte del sistema universitario nacional, se inscribe en este desarrollo y da por resultado una Universidad vuelta sobre sí misma, encerrada en sus limitaciones. Hoy tenemos una Universidad aislada, convertida en isla.

La UBA ha perdido la brújula, su función social ha entrado en crisis y ha hecho crujir hasta sus mismas formas de estructuración, de gobierno y representación.

Pero fundamentalmente la crisis de la UBA se hace presente con más fuerza que nunca porque las condiciones políticas en nuestro país y en todo el continente han cambiado y están cambiando. Ya no se trata de una avanzada neoliberal sino su contrario, la búsqueda por revertir el camino de desnacionalización y transformarlo en integración regional con crecimiento económico, inclusión social y afirmación de la soberanía. Y para esto es urgente y necesario poder contar con la producción de conocimiento, ciencia y tecnología, con la formación de profesionales, técnicos e intelectuales que puedan reafirmar y consolidar esta incipiente posibilidad de desarrollo que significa en concreto mejores condiciones de vida para nuestros pueblos.

El debate en torno a la reforma del Estatuto no es sólo el debate sobre cómo debe estar organizada la Universidad, cuál debe ser su forma. Sino fundamentalmente es el debate sobre el sentido de la Universidad en un país que fue arrasado por 30 años de neoliberalismo. Debemos debatir acerca de cómo se forja una Universidad de cara a la reconstrucción nacional, recuperando su responsabilidad social.

En este sentido, desde este conjunto de agrupaciones estudiantiles, entendemos que democratizar la UBA es hacerla parte de la resolución de los problemas que aquejan a nuestro Pueblo. Es hacerla investigadora, pero sobre todo generadora de propuestas, de políticas concretas. Es hacerla formadora de intelectuales, técnicos y profesionales comprometidos con las problemáticas de nuestra Nación. Es hacerla partícipe, conjuntamente con otros sectores del Pueblo y del Estado Nacional, de la planificación estratégica de un modelo de país para todos, con inclusión, igualdad, crecimiento económico y soberanía política. No podemos dejar que el proceso de reforma se cierre y la crisis de la UBA se siga profundizando.

Por una participación estratégica en la elaboración de políticas públicas.
Para recuperar la función de las actividades académicas y de investigación.
Por una Universidad protagonista de los grandes debates nacionales.

Agrupaciones:
Causa K (Económicas) - Agrupación Consenso (Derecho) - Corriente Juvenil Kirchnerista (UBA) - Demos(Sociales) - La Fórmula (Farmacia y Bioquímica) - Iure (Derecho) - La Mandrágora (Sociales) - M.A.N.O.S. (Medicina) - La Puiggrós (Filosofía y Letras) - Simón Bolívar (Sociales) - La Vertiente (Sociales) - Megafón (UBA) - Mariano Moreno (Derecho) - Movimiento Universitario Evita (UBA) - Movimiento Universitario SUR (UBA) - RCP (Medicina) - Santiago Pampillón (Sociales) - Scalabrini Ortiz (Filosofía y Letras) - Simón Rodríguez (Filosofía y Letras)

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