jueves, 6 de octubre de 2011

A 56 AÑOS DEL EXILIO DEL GENERAL JUAN DOMINGO PERÓN


2 de Octubre de 2011


Por Federico Kaniucki, estudiante de Ciencia Política

De la misma forma que atardece un día como hoy, un 16 de Junio amanecía convulsionado. Las ratas que desde siempre habitan en el submundo, royendo el momento inclaudicable de la patria se visualizaban en el horizonte. Las maquinas volaban bajo y eso los aviadores argentinos lo sabían, la deshonra y el desprecio que sufrirían fue alto, y eso lo sabían también, tanto que los aviones que tripulaban no eran ni argentinos, ni de bandera uruguaya, punto de salida de los asesinos del pueblo. Las crónicas de la época, recordemos 1955, dicen que la bandera argentina se pinto sobre la inglesa, lugar de procedencia de los aviones, otros que los Douglas nunca tuvieron nada, y que fueron los cadetes de la marina naval quienes colorearon con los colores de nuestra nación semejante maquina imperial.


El general Perón y su Estado Mayor sobrevivió a los bombardeos a la plaza, no asi los 300 argentinos muertos, leales a su líder, que fueron a la defensa del gobierno democrático y que sufrieron las balas y las bombas de quienes solo se comprometieron con los intereses foráneos. Ese 16 estuvo marcado por la lealtad de los trabajadores y los humildes que armados con pistolas, palos, herramientas de trabajo y armas cortas tomadas de una armería de constitución, fueron a la plaza de mayo en defensa del presidente. Y la traición de la marina naval y la población civil como Ghioldi, Zavala Ortiz, entre otros dirigentes políticos que sin legitimidad, y atropellando la voluntad democrática conspiraron contra un gobierno electo huyendo al Uruguay al ver fracasada la intentona antipopular.

La autoproclamada revolución libertadora, que se caracterizo a si misma como defensora de los derechos humanos y pregonera de la libertad económica y republicana, no fue mas que otra dictadura fusiladora y sangrienta, que vino a poner fin a la revolución justicialista materializada en las conquistas de los trabajadores y el pueblo. La sublevación no pudo tomar el poder. En términos militares, fracasó. Pero el poder político de Perón fue alcanzado por las bombas. El 16 de junio había sido un ensayo. La conspiración no se detuvo. No fue hasta el 16 de septiembre, bajo la amenaza de hacer volar los conductos gasíferos de la Plata y Buenos Aires. Y con la presión conspirativa sobre la sociedad, que Perón decide evitar una guerra civil y un derramamiento de sangre entre argentinos, con los colegios militares de Córdoba tomados, Corrientes y Bahía Blanca bajo control de los sublevados, Perón decide 3 días después de deliberación, presentar su renuncia al cargo de presidente y comenzar un largo exilio que lo tendrá como líder político en el exterior.

Fue un 2 de octubre, como lo es hoy, día en que el general, dentro de un buque de guerra paraguayo, escapa de la argentina y es recibido en asunción con el rango de “general del ejercito paraguayo” por haber sido el, quien le devuelve las banderas apropiadas en la guerra de la triple alianza a nuestra hermana republica. Cargo militar solo concedido a un no paraguayo. El general Juan Domingo Perón.

En la Argentina del siglo XXI, hoy, 56 años después del bombardeo, los aviones siguen despegando. Esta vez algunos vienen de Colombia, y con tatuajes en el cuello. Otros del sur del conurbano, pero estos últimos, los muertos ya los tienen encima. Como los medios, son, hoy en día, quienes se apropian el lenguaje, quienes toman como propias las banderas de la igualdad y los derechos humanos, en desprecio de las políticas populares del gobierno conducido, no por el Coronel Perón, pero si por la capitana Cristina, la batalla contra quienes atropellan la voluntad popular, contra los Cacciatore, los Lanusse, los Biolcatti, contra quienes son enemigos declarados de los trabajadores, será siempre de la misma forma y como nos enseño el General. “Los peronistas seremos apóstoles y para ser apóstol hay que estar dispuesto a ser héroe, y solamente los fanáticos de amor por una causa son capaces de morir por un ideal".

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