Tras el congreso de la federación, los sectores peronistas y kirchneristas reclaman una universidad vinculada al proyecto nacional. La izquierda se plantea recuperar a la federación como herramienta “para la lucha”.
Por Julián Bruschtein
Los resultados del XXV Congreso de la Federación Universitaria Argentina mantuvieron a Franja Morada en la presidencia, reafirmando la hegemonía que goza desde la vuelta de la democracia en 1983. Pero la conformación de la mesa ejecutiva de la FUA tuvo modificaciones, con el peronismo, los sectores kirchneristas y la izquierda divididos. En la oposición al radicalismo universitario, la JUP y el Movimiento Evita quedaron como segunda y tercera fuerzas. Luego, la CEPA y el MST lograron un escaño en la conducción, seguidos por los socialistas del MNR. Por fuera de la federación, la alianza entre el Partido Obrero, el PTS y agrupaciones independientes convocó a una Coordinadora Nacional Estudiantil.
Además de la Franja, en principio la conducción de la FUA estará poblada por dos espacios peronistas. La Juventud Universitaria Peronista, un sector del justicialismo más tradicional, se presentó junto al Frente Universitario para la Victoria y la agrupación independiente Miles: ese espacio se quedó con la secretaría general de la FUA. Quien desempeñará el cargo por un año será Damián Corina, de la UTN-Buenos Aires, militante del PJ Capital. “Lo más valorable de este proceso es la unificación de los dos espacios históricos de la JUP –dijo Corina a PáginaI12–. Por eso levantamos las banderas que siempre llevamos en la mano, por la universidad pública y gratuita. Hoy, en algunas regiones del país no se respeta la gratuidad y para nosotros es fundamental profundizar la llegada de la universidad a todos los sectores sociales.” También se pronunció contra una “universidad autista”: “La autonomía universitaria no puede significar una burbuja. La universidad tiene que ser el puntal de un proyecto nacional”.
El espacio kirchnerista que perdió la secretaría general, con el Movimiento Evita al frente de la lista, logró posicionarse como tercera fuerza a nivel nacional, junto a agrupaciones independientes. El dirigente del Evita Eduardo Toniolli destacó que habían ido a San Luis “para construir un acuerdo conjunto con todos lo espacios que estuvieran de acuerdo en el proyecto iniciado por el kirchnerismo. Pero hubo una política de Franja Morada para dividir, que les dio aire a sectores del peronismo que decidieron presentarse solos”. Entre los planteos que impulsará desde la mesa de la FUA estará “la discusión de la ley de educación superior. Se necesita una universidad acorde al proceso histórico político que está viviendo el país –agregó Toniolli–. Proponemos un servicio social obligatorio de parte de la universidad, vamos a intentar poner al movimiento estudiantil de cara a los problemas nacionales y vamos a bloquear cualquier intento de encolumnar al movimiento detrás de la impugnación del proceso que lleva adelante el gobierno nacional”.
La izquierda vuelve a tener representación en la mesa ejecutiva de la FUA a través del Frente Estudiantil en Lucha, que continúa la unión construida por la CEPA (PCR), el MST e Izquierda Socialista en su posicionamiento a favor de las entidades rurales durante el conflicto agrario. “La participación de la CEPA en el congreso fue para intentar armar un frente que reuniera posiciones en contra del Gobierno, pero que pudiera hacer un balance positivo de la anulación de la resolución 125”, explicó Guillermo Caporaletti, responsable nacional de la agrupación. En un documento firmado por el frente, los militantes universitarios proclamaron “la necesidad de recuperar a la FUA como una herramienta para la lucha y la organización democrática de los estudiantes”. Además denunciaron que “lejos de combatir las políticas educativas de los ’90 el Gobierno las profundiza”.
Los estudiantes socialistas del MNR seguirán participando de la mesa de la FUA. Tienen en mente dedicarse a “reconstruir la fuerza propia, además de seguir buscando la articulación con los sectores independientes”, según afirmaron sus dirigentes. Por su lado, los independientes valoraron haber logrado “asentar un espacio propio a nivel nacional, que es lo que vinimos a buscar –según dijo Mariano Juárez–. Lo más grave del congreso fue la alianza entre la izquierda chacarera y la derecha de la Franja”. También anunciaron la formación del Movimiento de Participación Estudiantil Camilo Cienfuegos.
Por fuera de la FUA se posicionaron el Partido Obrero, el PTS e independientes de izquierda, que acreditaron a sus delegados, pero no se presentaron a la votación. A diferencia del Frente Estudiantil en Lucha, este sector denunció “el carácter fraudulento y burocrático del congreso acordado por los kirchneristas y radicales que pactaron repartirse los cargos de la FUA a espaldas del movimiento estudiantil”. A partir de ese posicionamiento, definieron convocar para el 5 de agosto a una reunión que “será el primer paso para organizar y preparar un gran encuentro nacional universitario”, con la intención de fundar una Coordinadora Nacional Estudiantil.
Por Julián Bruschtein
Los resultados del XXV Congreso de la Federación Universitaria Argentina mantuvieron a Franja Morada en la presidencia, reafirmando la hegemonía que goza desde la vuelta de la democracia en 1983. Pero la conformación de la mesa ejecutiva de la FUA tuvo modificaciones, con el peronismo, los sectores kirchneristas y la izquierda divididos. En la oposición al radicalismo universitario, la JUP y el Movimiento Evita quedaron como segunda y tercera fuerzas. Luego, la CEPA y el MST lograron un escaño en la conducción, seguidos por los socialistas del MNR. Por fuera de la federación, la alianza entre el Partido Obrero, el PTS y agrupaciones independientes convocó a una Coordinadora Nacional Estudiantil.
Además de la Franja, en principio la conducción de la FUA estará poblada por dos espacios peronistas. La Juventud Universitaria Peronista, un sector del justicialismo más tradicional, se presentó junto al Frente Universitario para la Victoria y la agrupación independiente Miles: ese espacio se quedó con la secretaría general de la FUA. Quien desempeñará el cargo por un año será Damián Corina, de la UTN-Buenos Aires, militante del PJ Capital. “Lo más valorable de este proceso es la unificación de los dos espacios históricos de la JUP –dijo Corina a PáginaI12–. Por eso levantamos las banderas que siempre llevamos en la mano, por la universidad pública y gratuita. Hoy, en algunas regiones del país no se respeta la gratuidad y para nosotros es fundamental profundizar la llegada de la universidad a todos los sectores sociales.” También se pronunció contra una “universidad autista”: “La autonomía universitaria no puede significar una burbuja. La universidad tiene que ser el puntal de un proyecto nacional”.
El espacio kirchnerista que perdió la secretaría general, con el Movimiento Evita al frente de la lista, logró posicionarse como tercera fuerza a nivel nacional, junto a agrupaciones independientes. El dirigente del Evita Eduardo Toniolli destacó que habían ido a San Luis “para construir un acuerdo conjunto con todos lo espacios que estuvieran de acuerdo en el proyecto iniciado por el kirchnerismo. Pero hubo una política de Franja Morada para dividir, que les dio aire a sectores del peronismo que decidieron presentarse solos”. Entre los planteos que impulsará desde la mesa de la FUA estará “la discusión de la ley de educación superior. Se necesita una universidad acorde al proceso histórico político que está viviendo el país –agregó Toniolli–. Proponemos un servicio social obligatorio de parte de la universidad, vamos a intentar poner al movimiento estudiantil de cara a los problemas nacionales y vamos a bloquear cualquier intento de encolumnar al movimiento detrás de la impugnación del proceso que lleva adelante el gobierno nacional”.
La izquierda vuelve a tener representación en la mesa ejecutiva de la FUA a través del Frente Estudiantil en Lucha, que continúa la unión construida por la CEPA (PCR), el MST e Izquierda Socialista en su posicionamiento a favor de las entidades rurales durante el conflicto agrario. “La participación de la CEPA en el congreso fue para intentar armar un frente que reuniera posiciones en contra del Gobierno, pero que pudiera hacer un balance positivo de la anulación de la resolución 125”, explicó Guillermo Caporaletti, responsable nacional de la agrupación. En un documento firmado por el frente, los militantes universitarios proclamaron “la necesidad de recuperar a la FUA como una herramienta para la lucha y la organización democrática de los estudiantes”. Además denunciaron que “lejos de combatir las políticas educativas de los ’90 el Gobierno las profundiza”.
Los estudiantes socialistas del MNR seguirán participando de la mesa de la FUA. Tienen en mente dedicarse a “reconstruir la fuerza propia, además de seguir buscando la articulación con los sectores independientes”, según afirmaron sus dirigentes. Por su lado, los independientes valoraron haber logrado “asentar un espacio propio a nivel nacional, que es lo que vinimos a buscar –según dijo Mariano Juárez–. Lo más grave del congreso fue la alianza entre la izquierda chacarera y la derecha de la Franja”. También anunciaron la formación del Movimiento de Participación Estudiantil Camilo Cienfuegos.
Por fuera de la FUA se posicionaron el Partido Obrero, el PTS e independientes de izquierda, que acreditaron a sus delegados, pero no se presentaron a la votación. A diferencia del Frente Estudiantil en Lucha, este sector denunció “el carácter fraudulento y burocrático del congreso acordado por los kirchneristas y radicales que pactaron repartirse los cargos de la FUA a espaldas del movimiento estudiantil”. A partir de ese posicionamiento, definieron convocar para el 5 de agosto a una reunión que “será el primer paso para organizar y preparar un gran encuentro nacional universitario”, con la intención de fundar una Coordinadora Nacional Estudiantil.
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