Sobre la Universidad Nacional de Avellaneda
Siendo parte de este momento histórico y viviéndolo plenamente como joven, hoy elijo formarme en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) en la carrera de Gestión Cultural.
Considero que las condiciones para delinear un perfil de gestor cultural y de estudiante en una universidad del conurbano tiene enormes potencialidades. Participar de la etapa fundante en un institución educativa, implica replantearse los roles que como estudiantes podemos desarrollar en nuestra formación, desde lo especifico, así como desde lo intelectual, lo profesional y lo militante. Este es un momento donde es posible, porque están dadas las condiciones de poder entramar la formación universitaria con los intereses concretos de nuestro pueblo. El objetivo es la construcción de un sentido, el de lo nacional y popular. Parafraseando a Jauretche nosotros somos los padres delante de la cuna de nuestro hijo, que es la patria. Hoy es de vital importancia para los intereses de las mayorías populares, nuestro pueblo, de poder construir en conjunto un sentido en función del proyecto de país que estamos construyendo y de la nación que queremos ser. Formándonos como sujetos críticos para poder desentrañar los mecanismos en los que se nos muestra la realidad y pudiendo desarticular los mecanismos que muchas veces oprimen a nuestro pueblo. No esta demás decir que no todo lo que hace referencia a los modelos de país oligárquicos, derechistas, neoliberales, haga referencia implícita a lo nacional y popular. Es decir, lo tenemos que crear.
Por eso es fundamental que las universidades aporten desde lo general, los cuadros los intelectuales y profesionales necesarios para construir multiplicidad de caminos que nos conduzcan a abrazarnos realmente con todos/as lo que se sienten parte de la argentina y de la América profunda, la patria grande, comprendiendo que no solo la formación es parte de la movilidad social ascendente, sino que es un bien social y que como estudiantes es nuestra responsabilidad consustanciarnos con nuestra gente. Somos parte ineludible de las fibras mas profundas de nuestro pueblo.
Cuando podamos superar lo extravíos a los que nos subordina la realidad, vamos a poder con propuestas y proyectos desarrollar una universidad pintada de pueblo, pintada de patria. Desde mi formación especifica que es la de gestor cultural, entiendo que es tan necesario un gestor cultural como un ingeniero, un medico, o un politólogo, porque después de todo la batalla sigue siendo cultural, el desarrollo de la conciencia nacional implica saber que su empresa mas alta es la liberación nacional, este ideal sigue vigente, así también como es necesario llevar a la realidad efectiva a Hernández Arregui, Jauretche, Cooke y tantos otros. Teniendo como tarea vertebrar el pensamiento nacional y la intelectualidad con los intereses de los trabajadores/as de la patria y los más censillos y complejos saberes de nuestro pueblo, en síntesis, poder aplicar eso que son concepciones a la realidad concreta. Es la cultura, la nuestra, la que concilia todas las dimensiones humanas, la cultura es una mas, no se si la mas importante, la misma, “las culturas” son capaces de aunar y direccionar los intereses políticos, económicos y sociales, darles cuerpo.
Hacer gestión cultural es hacer política del más alto nivel. Pensar y hacer cultura no solo es poder entender las formas de organización natural de nuestro pueblo, sus manifestaciones estéticas o los productos artísticos que crea, sino es por sobre todas las cosas, tratar de saber que hacer con todo eso. En una Latinoamérica cada día mas unida, con una patria que cada día mas grande, mas justa, mas libre y mas soberana, con un proyecto de país nacional y popular, que estamos construyendo día a día, nuestra responsabilidad como argentinos/as es ser parte y desde la universidad dar todo, para dar cuenta del momento que nos toca vivir. Cada generación tiene un mandato histórico, la de mi generación es revalorizar la política para poner a Latinoamérica en la historia de los pueblos libres, que luchan por su emancipación. En eso estamos y hacia eso vamos.
Pablo López, estudiante de primer año de la Licenciatura en Gestión Cultural de la Universidad Nacional de Avellaneda.
Siendo parte de este momento histórico y viviéndolo plenamente como joven, hoy elijo formarme en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) en la carrera de Gestión Cultural.
Considero que las condiciones para delinear un perfil de gestor cultural y de estudiante en una universidad del conurbano tiene enormes potencialidades. Participar de la etapa fundante en un institución educativa, implica replantearse los roles que como estudiantes podemos desarrollar en nuestra formación, desde lo especifico, así como desde lo intelectual, lo profesional y lo militante. Este es un momento donde es posible, porque están dadas las condiciones de poder entramar la formación universitaria con los intereses concretos de nuestro pueblo. El objetivo es la construcción de un sentido, el de lo nacional y popular. Parafraseando a Jauretche nosotros somos los padres delante de la cuna de nuestro hijo, que es la patria. Hoy es de vital importancia para los intereses de las mayorías populares, nuestro pueblo, de poder construir en conjunto un sentido en función del proyecto de país que estamos construyendo y de la nación que queremos ser. Formándonos como sujetos críticos para poder desentrañar los mecanismos en los que se nos muestra la realidad y pudiendo desarticular los mecanismos que muchas veces oprimen a nuestro pueblo. No esta demás decir que no todo lo que hace referencia a los modelos de país oligárquicos, derechistas, neoliberales, haga referencia implícita a lo nacional y popular. Es decir, lo tenemos que crear.
Por eso es fundamental que las universidades aporten desde lo general, los cuadros los intelectuales y profesionales necesarios para construir multiplicidad de caminos que nos conduzcan a abrazarnos realmente con todos/as lo que se sienten parte de la argentina y de la América profunda, la patria grande, comprendiendo que no solo la formación es parte de la movilidad social ascendente, sino que es un bien social y que como estudiantes es nuestra responsabilidad consustanciarnos con nuestra gente. Somos parte ineludible de las fibras mas profundas de nuestro pueblo.
Cuando podamos superar lo extravíos a los que nos subordina la realidad, vamos a poder con propuestas y proyectos desarrollar una universidad pintada de pueblo, pintada de patria. Desde mi formación especifica que es la de gestor cultural, entiendo que es tan necesario un gestor cultural como un ingeniero, un medico, o un politólogo, porque después de todo la batalla sigue siendo cultural, el desarrollo de la conciencia nacional implica saber que su empresa mas alta es la liberación nacional, este ideal sigue vigente, así también como es necesario llevar a la realidad efectiva a Hernández Arregui, Jauretche, Cooke y tantos otros. Teniendo como tarea vertebrar el pensamiento nacional y la intelectualidad con los intereses de los trabajadores/as de la patria y los más censillos y complejos saberes de nuestro pueblo, en síntesis, poder aplicar eso que son concepciones a la realidad concreta. Es la cultura, la nuestra, la que concilia todas las dimensiones humanas, la cultura es una mas, no se si la mas importante, la misma, “las culturas” son capaces de aunar y direccionar los intereses políticos, económicos y sociales, darles cuerpo.
Hacer gestión cultural es hacer política del más alto nivel. Pensar y hacer cultura no solo es poder entender las formas de organización natural de nuestro pueblo, sus manifestaciones estéticas o los productos artísticos que crea, sino es por sobre todas las cosas, tratar de saber que hacer con todo eso. En una Latinoamérica cada día mas unida, con una patria que cada día mas grande, mas justa, mas libre y mas soberana, con un proyecto de país nacional y popular, que estamos construyendo día a día, nuestra responsabilidad como argentinos/as es ser parte y desde la universidad dar todo, para dar cuenta del momento que nos toca vivir. Cada generación tiene un mandato histórico, la de mi generación es revalorizar la política para poner a Latinoamérica en la historia de los pueblos libres, que luchan por su emancipación. En eso estamos y hacia eso vamos.
Pablo López, estudiante de primer año de la Licenciatura en Gestión Cultural de la Universidad Nacional de Avellaneda.
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